Pasar al contenido principal
Cargando...

La tecnología lleva décadas transformando la forma en la que vivimos y trabajamos, así que es hora de dejar de hablar de Transformación Digital, para pasar a asumir nuevas realidades y retos.

El fenómeno de la Transformación Revolución Digital

Recientemente en una reunión con un alto directivo de una de las principales compañías de nuestro país, éste comentó que el primero que mencionara “Transformación Digital” tendría que poner un euro encima de la mesa. Ni que decir tiene que nos pagamos un buen desayuno con el dinero recaudado.

Todo el mundo habla de Transformación Digital con independencia del sector de actividad. No eres nadie si no has abordado un proyecto de Transformación Digital, o si no es tu producto o servicio estrella en el caso de dedicarte al sector de la consultoría o tecnológico.

En realidad, llevamos varias décadas aplicando los avances tecnológicos a nuestras vidas, y por supuesto a nuestra actividad empresarial diaria: eCommerce, B2B, administración electrónica, gestión paperless, ERPs y un largo etcétera, son ejemplos de los cambios que hemos ido experimentando. Si bien la tecnología lleva décadas transformando la forma en la que vivimos y trabajamos, en los últimos años han aparecido una serie de desencadenantes que han provocado el empuje definitivo hacia lo que podemos definir como una verdadera Revolución Digital. Entre otros:

  • El avance exponencial y continuo de la tecnología.
  • El acceso universal a dispositivos móviles de última generación.
  • La llegada del IoE (internet de todo): acceso a información de valor de cosas y personas.
  • La aparición de nuevas tendencias disruptivas: IA, robótica, impresión 3D…
  • El liderazgo de compañías tecnológicas globales, incluso en sectores tradicionales de la economía.
  • La tecnología como herramienta y facilitador para la aparición de nuevos negocios.

Efectivamente, todo esto supone que es totalmente apropiado hablar de Revolución Digital. Hay algunos hechos innegables que respaldan esta afirmación. Aquí van unos cuantos:

  • La mayoría de los principales líderes a nivel global no existían hace 15 años.
  • La mayor parte de los mismos son gigantes tecnológicos que cada vez operan en nuevos sectores.
  • La tecnología ha propiciado la reinvención de numerosas industrias (discográfica, medios de comunicación, ...).
  • La tecnología genera innumerables oportunidades de negocio (y no siempre requiere mucha inversión).
  • No hay límite para los avances: hay quién habla de lograr la inmortalidad en unas décadas gracias al avance que permitirá la tecnología.

Podemos definir la transformación o revolución digital como el proceso de cambio inducido por los avances tecnológicos por el cual se transforma el modo en el que nos relacionamos, interactuamos, trabajamos, compramos, disfrutamos de nuestro tiempo libre, tomamos decisiones, y, en definitiva, vivimos.

Las implicaciones de la Revolución Digital en nuestras organizaciones

Esto supone que el nuevo paradigma digital tenga implicaciones a todos los niveles de una organización:

A nivel estratégico:

  • Cambio Cultural.
  • Nuevas expectativas y demandas de clientes y stakeholders.
  • Nuevos modelos de negocio con base tecnológica.
  • Cambios en la organización: nuevas direcciones para liderar el cambio.
  • Incremento del presupuesto de I+D+i.
  • Mejora continua: alerta ante la disrupción.
  • Importancia de las alianzas.
  • Nuevas oportunidades: Retorno de la inversión en I+D+i, nuevos canales de interacción con el cliente, conocimiento (del cliente, del entorno), puesta en valor del dato, etcétera.
  • Nuevas amenazas: Nuevos ecosistemas y plataformas digitales (ej: economía colaborativa), nuevos players (ej: FINTECH, INSURTECH,…), David vs Goliath, ciberataques, etcétera.

A nivel de los procesos:

  • Transformación radical de los procesos operativos: Disrupción.
  • Mejora de la eficiencia.
  • Orientación a la calidad (ej: Lean / Six – Sigma).
  • Automatización, robotización.
  • IoE en la operativa diaria.
  • El dato como elemento clave para la diferenciación.

A nivel de las personas:

  • Las personas en el centro del mundo digital.
  • Se requieren nuevas habilidades.
  • Nuestro sistema educativo todavía no responde a las necesidades futuras (ni a las actuales…).
  • Obsolescencia de la plantilla.
  • La gestión de las personas como clave para evitar crisis derivadas de los avances tecnológicos.
  • Nuevos retos en las organizaciones:
    • Formación continua – eLearning.
    • Capacidad de adaptación continua a lo nuevo.
    • Demanda de nuevos perfiles.

A nivel tecnológico:

La tecnología es un medio, no un fin. Pero es la pieza clave en el proceso de revolución digital. La profundidad del cambio la marca la tecnología.

 

Cómo abordamos un proceso de transformación digital

No existen fórmulas mágicas, y cada organización tendrá sus propios requerimientos. Pero hay una serie de aspectos que hay que tener siempre en consideración a la hora de abordar un proceso complejo de transformación digital:

  • Esponsoriza al más alto nivel (Consejo y CEO).
  • Asigna responsable a nivel C (CEO, CIO, CTO).
  • Restructura tu organización si fuera necesario.
  • Busca talento.
  • Reflexiona sobre el futuro de la organización.
  • Analiza que hace la competencia.
  • Prepara el cambio cultural.
  • Prueba sin miedo: Todo menos el inmovilismo.
  • Supera las necesidades de tus clientes.
  • Gestiona la información: Sácale provecho.
  • Y lo más importante: Inversión, Pasión y Convencimiento.

A modo de conclusión

Nos enfrentamos a una verdadera Revolución Digital. Esta revolución va a afectar a los pilares de nuestras organizaciones. Y es un proceso que empieza, pero que no acaba. Lo que implica procesos de mejora continua, inversión y abandono de la zona de confort.

Y no olvidemos nunca que el foco de este cambio es la persona: clientes, ciudadanos, empleados y/o contribuyentes.

Y tú, ¿estás preparado?, ¿Cómo harás frente a tu propia revolución?

Alberto Loureiro. Director Asociado de Altia.